Cómo ser protagonista de tu Vida y de tu Salud.
Declararse a uno mismo responsable exclusivo de lo que se es, lo que se hace y lo que se piensa marca sin duda un antes y un después. La responsabilidad personal significa por encima de todo, no culpar a otros de la propia de las cosas que nos ocurren. Significa también poder descubrir distintas formas con las que alcanzar el equilibrio y el propio bienestar a pesar de todo.
Llegados a este punto, es muy probable que más de uno se pregunte aquello de ¿Quiere esto decir que se puede ser feliz sin importar las circunstancias que nos rodeen? ¿Qué pasa si ahora mismo estoy atravesando una enfermedad? ¿Qué pasa si mi relación afectiva es tormentosa e inestable?
Bien, la respuesta a estas preguntas es en sí misma sencilla: ser responsable de uno mismo es entender que hay cosas que, efectivamente, no podemos controlar ni manejar, como es el caso de una determinada dolencia física. En este caso, además de saber aceptarlo, lo que marca la diferencia es nuestra ACTITUD.
Por otro lado, la persona responsable y que se percibe a sí misma como protagonista de su propia vida y no como un actor secundario en el teatro de su existencia, entiende que para ser feliz hay que tomar decisiones. Por tanto, todo aquello que enturbie, todo lo que apague autoestimas, bloquee identidades o nos regale un sucedáneo de amor, es mejor dejarlo y recordar ese compromiso firmado en algún valiente momento con nosotros mismos, aquel que nos recordaba eso de «has venido a este mundo para ser feliz, no pierdas el tiempo en lo que quita la alegría».
Los 4 pasos de la responsabilidad personal
- Ponte en tus zapatos. Es muy posible que a lo largo de nuestra vida nos hallamos focalizado mas de la cuenta en los demás, en satisfacer necesidades ajenas. Es momento de escucharnos, de sintonizar de forma auténtica con nuestras emociones y nuestros valores, clarificando con firmeza qué queremos y qué no queremos.
- Firma un compromiso contigo mismo. Si no lo hemos hecho ya, es recomendable que lo ejecutemos lo antes posible, se trata ni más ni menos que de recordar cada día y a cada instante, que estamos obligados a atender nuestras necesidades independientemente de lo que los otros hagan o dejen de hacer, en el aspecto de la salud nútrete sanamente, ocúpate de saber con que estas alimentando tus células y recuerda que tu eres el gobernador/a de l@s millones de habitantes que viven en tu cuerpo, por ende eres tu quien decide con que desea nutrir tu propio mundo.
- Aprende a fluir. Ser responsable de uno mismo significa también aprender a confiar, tanto en nuestras propias capacidades como en el propio discurrir de la vida. Asumir que hay cosas que llegan y otras que se van es integrar esa economía emocional donde dejar de aferrarnos a imposibles, a hechos que no nos dejan crecer.
Vivir es celebrar la vida, es dar y es recibir, es cohabitar en armonía siendo responsables de nosotros mismos en todo sentido, con nuestros aciertos y errores sin culpar de nuestras frustraciones a nadie..
Pongamos en práctica estos sencillos consejos y alcémonos como auténticos protagonistas de nuestra existencia y de nuestra salud.
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